Comienza el otoño, y en este periodo las temperaturas empiezan a bajar. Hace más frío y las hojas de los árboles se vuelven amarillas o marrones, se secan y se caen ayudadas por el viento. La energía que antes se concentraba en las hojas, se concentra durante el invierno en las raíces para mantenerse durante los meses fríos.
Hojas perennes son aquellas que se mantienen en las ramas de los árboles a lo largo de todo el año. Ejemplos: pino, ciprés, encina…
Hojas caducas son aquellas que caen del árbol en otoño, cuando comienza el frío, y vuelven a renacer en primavera, cuando el clima comienza a ser más cálido. Ejemplos: haya, castaño, sauce…
Que una hoja sea perenne o caduca es el resultado de una adaptación de la planta al medio y depende principalmente de las condiciones climáticas en que la que crece el árbol y de las condiciones del suelo en donde se encuentra.
Todo tiene su razón de ser. Para los árboles de hoja caduca, mantener las hojas en sus ramas supondría un gasto de nutrientes innecesario si la hoja no tiene una función concreta. Las hayas y los castaños, de hoja caduca, dejan caer sus hojas y entran en una fase de reposo hibernal. Habitualmente el suelo donde crecen estos árboles se hiela y sus raíces necesitan toda su energía para absorber los nutrientes.
Por otro lado, en los árboles de hoja perenne las hojas grandes pueden absorber más radiación en climas donde las temperaturas son más bajas pero no tienen problemas en el suministro de agua.