Es obvio que la buena relación entre padres, profesores y alumnos favorece considerablemente el rendimiento de los estudiantes. Esto no siempre se consigue. Existen algunos aspectos que, con el esfuerzo de todos, podrían mejorarse considerablemente.

En un artículo publicado recientemente en El País, Eva Bach, pionera en educación emocional, ofrece algunos consejos que considera imprescindibles para conseguir este propósito. Destacamos algunos de ellos:

  • La confianza de los padres en los profesores y en el trabajo que realizan. También de los alumnos hacia sus profesores, padres y educadores.
  • Diferenciar las funciones de cada uno, procurando que se dirijan en la misma dirección: motivación, objetivos, valorar el esfuerzo, inculcar valores…
  • Que en casa se potencie el respeto y validez del trabajo de los docentes y en el colegio los valores educativos y formativos de la familia, teniendo bien claras las funciones de cada uno.
  • Comunicación y diálogo para llegar a ser buenos aliados en la educación global de los alumnos.
  • Contagio emocional positivo, procurando no transmitir comentarios despectivos y hacer a nuestros hijos responsables de la tarea de llevarse bien con los educadores.

Son muchos los aspectos que han de cuidarse para una buena relación, y todos ellos tienen como denominador común entre otros, la confianza, el respeto y la motivación.