Hace unos siglos, era muy complicado medir la velocidad sin ayuda de referencias entre distancias, satélites, etc. Para los barcos, se eligió un método muy curioso para medir la distancia de navegación en el mar.
En primer lugar, ataban una cuerda a un tronco de madera. Hacían nudos en la cuerda con una distancia entre uno y otro de aproximadamente 47 pies (1 pie equivale a 0,3 metros).
Después, arrojaban el tronco al mar por la popa del barco y esperaban a que el tronco quedara más o menos estabilizado en la superficie del agua.
Ya sabemos que la velocidad se mide en unidades de distancia recorridas (metros, kilómetros, etc.) por cada unidad de tiempo (minuto, hora…). Pues bien, con el barco navegando y ayudados por un reloj de arena cuya duración era de aproximadamente medio minuto, medían la cantidad de nudos de la cuerda que salían del barco en el tiempo que medían con el reloj de arena. Lógicamente, una persona se tenía que encargar de dar la vuelta al reloj cada medio minuto para contar el tiempo y otra persona se ocupaba de contar los nudos que salían del barco durante ese tiempo.
Para calcular de forma rápida, debemos saber que 1 nudo equivale a 1,85 kilómetros por hora.
Esta y otras curiosidades de navegación se pueden conocer en el Museo Naval de Madrid, situado en el paseo del Prado nº 5. El horario es de martes a domingo de 10 a 19 h. El precio de la entrada es de 3 €.
Comentarios recientes